En Gipuzkoa vivimos en verde, y disfrutar de los montes que nos rodean es casi obligatorio. Incluso en Donostia podemos realizar pequeñas excursiones sin salir de la ciudad y a subir un monte en familia es siempre un plan divertido.
Monte Igeldo
Merece la pena un viaje en el funicular ya centenario hasta la cima, donde encontraremos una de las vistas más espectaculares de la ciudad. Allí está el parque de atracciones, lugar mágico y de diversión para los más pequeños, con numerosas atracciones que nos harán pasar una jornada agradable.
¿Quién no ha montado en los ponys de Igeldo o ha subido en la Montaña Suiza? ¿Sabíais que el Torreón del siglo XVIII que corona Igeldo fue un antiguo faro?
Monte Urgull
Este monte, por su emplazamiento privilegiado, es uno de los más frecuentados de la ciudad.
El Castillo de la Mota, coronado por el Sagrado Corazón, es el único punto de Donostia desde donde se pueden ver las tres playas. La Batería de las Damas y el Baluarte del Mirador son otros rincones que no podéis perderos. Todo en Urgull está lleno de encanto y de historia; sus rincones, sus pasadizos, sus caminos… ¿Os imagináis la cantidad de aventuras que habrán transcurrido en este monte donostiarra?
Monte Ulía
Es el mayor espacio verde de toda la ciudad. Merece la pena recorrer sus senderos, disfrutando de la naturaleza. También descubrir las atalayas desde donde los marineros avistaban las ballenas, visitar la Peña del Ballenero, y conocer la construcción conocida como “el Molino”.
¡Ulía es siempre un paseo muy recomendable y se convierte en una auténtica aventura! En la cima encontramos zonas de picnic, el merendero, el Centro de Interpretación de Ulía y un gran parque
infantil donde pasar un agradable rato en familia.